Recuerdos
de diciembre
(2016)
Este calor
de diciembre
que me
remueve la historia
como esa
pequeña gloria
que el
pueblo se dispensó
cuando la
cruel injusticia
hizo salir a
la gente
con su
proclama insurgente
y el estado
reprimió.
-
Recuerdo que
en aquel día
me despertó
una apedreada
a una
brigada montada
que luego se
replegó.
Pregunté por
esos pasos
de caminar
insistente.
Fue
respuesta, tristemente,
que el
hambre movilizó
-
Iban
cortando las calles
reuniéndose
en cada esquina.
En asamblea
se opina,
no es cosa
de sumisión
Tanta gente
organizada
hizo temblar
a los dueños
porque el
pueblo iba tras sus sueños
reclamando
algo mejor.
-
Mandaron la
policía.
Se le ordenó
reprimir
No se podía
permitir
tornase
revolución.
Más de tres
era asamblea.
Cosa así se
hizo prohibir.
Pero lejos
de cohibir
solo hizo
explotar peor.
-
Cuando hay
hambre no hay pan duro,
ni las balas
duelen tanto.
Si no me
matan yo canto
al yuta que
disparó.
Y entre
tanta algarabía,
tanto bonito
recuerdo,
no olvidemos
a los muertos
que el
estado asesinó.
-
Hay que ver
al pueblo unido
cuando le
bate la justa
y al
presidente lo asusta
para salir
al balcón
Encerrado
tras las vallas
cuando
tomaron la plaza
se fugó por
la terraza.
Quién sabe,
quizá lloró.
-
Algunas
cosas cambiaron
mas no el
individualismo,
vivir bajo
el egoísmo
motor de la
explotación.
La cosa no
creció tanto
ni nunca
todos se fueron.
Incluso
algunos volvieron
y el pueblo
ni se mosqueó.
-
No hay
política ni historia
que pueda
cambiar un voto.
A este
pueblo yo lo noto
sumido en la
confusión.
Valen más
ojitos verdes,
eslogan y
logotipos,
como el que
tiene aquel tipo
que al final
los engrupió.
-
No hay que
comerse el discurso
ni
consolarse en paciencia.
Mantener la
resistencia
es casi una
obligación.
Que si se
creen un día
que el
estado la regala,
olvídense,
que mañana
te la saca
de un tirón.
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